Wednesday, October 28, 2009

EXTRA: Mi filosofía de la enseñanza del español

Filosofía de la enseñanza del español


Utilizamos la palabra filosofía hoy en día en el español para describir el punto de vista o actitud de alguien sobre una cierta materia. Pero la historia de la palabra viene de Grecia, en que los grandes intelectuales usaban los términos “philo” y “sofia” para retratar literalmente la pasión para conocimiento. Esta pasión es lo que tengo para enseñanza, específicamente la enseñanza de español.
Decidí ser maestra porque tanto de mi vida ha sido formado por mis maestros. Mi maestro de kínder me enseñó como contar, y mi maestro de español 1 en escuela secundaria me enseñó como contar en español. Pero más de educación adentro la sala de clase, he aprendido lecciones de vida, lecciones de relaciones, y lecciones de inspiración para mi futuro. No recuerdo los nombres de todos los presidentes, algo que aprendí en escuela secundaria, pero recuerdo a todos mis maestros y recuerdo mucho de lo que hicieron para mí. Quiero tener la oportunidad de ser esta figura influyente para la generación de mañana.
Estoy persiguiendo una carrera en la educación del español para muchas razones. Comunicación es algo en que se basa la función de nuestro mundo. Comunicarse a la gente de su barrio o de su país es algo bueno pero comunicarse con personas de otros partes del mundo y también de su barrio es algo valioso y recompensable. Tenemos tantas maneras tecnológicas que aportan la globalización pero aprender una segunda lengua es una manera personal en que se puede conectar y entender mejor nuestro mundo.
Me gustaria que mi clase es algo que los estudiantes tengan ganas de asistir. Deseo que cada sesión de mi clase sea como una excursión pequeño a España, México o América latina. Entiendo que la enseñanza del vocabulario y la gramática es la manera más obvia de enseñar una lengua, pero he descubierto que la cultura tiene una fuerte conexión a la lengua y si un estudiante no aprecia la cultura, dominar la lengua será sin valor. Por eso, voy a usar cultura para mostrar a mis estudiantes la historia de la lengua español y el contexto hoy de la lengua. Es probable que la inmersión es un modo intenso de enseñar una lengua, pero si este inmersión solo es inmersión dentro la clase, estoy de la opinión que no sirve muy bien para primera instrucción de español. Quiero que mis estudiantes hablen español y me escuchen cuando hablo en españo pero también que puedan preguntarme y recibir clarificación para sentirse cómodos y seguros con la lengua.
La organización de mi clase es importante en crear el ambiente mejor para la instrucción de español y la participación de los estudiantes. Mis lecciones tendrán estructura, pero tendré cuidado en buscar momentos de enseña, porque estas momentos son más memorables para las estudiantes de solo una lectura. Prefiero que mi clase sea estudiante dominada, no maestra dominada. También, no quiero monotonía en mis lecciones ni en las tareas y ejercicios que asigno. Quisiera cambiar el sujeto del español de algo necesaria para los estudiantes a algo que los estudiantes le gusta estudiar.
Finalmente, creo que hay más a la enseñanza de la maestra en su sala. Espero ser una maestra con quien mis estudiantes pueden identificarse y divertirse. Consideraré parte de mi trabajo de familiarizarme con mis estudiantes, mirar en la vida de sus puntos de vistas, y apoyarles en sus estudios y en actividades extra-curriculares. En la sala, quiero que mis estudiantes me respeten y también puedan ver que yo les respeto. Afuera la clase, quiero que mis estudiantes estén cómodos hablar conmigo, y tal vez me consideren como una amiga. El propósito de escuela secundaria es aprender, pero los años de escuela secundaria son algunos de los años más memorables e importantes en las historias de los estudiantes. Lo que me importa más es ser una parte pequeña de sus historias, y que esta parte me recuerdan por mi filosofía, mi pasión para conocimiento.

Trabajo Escrito #1

Autores versus Autoridad

La literatura que viene de Argentina es conocida por ser poderosa, conmovedora y fuerte. Autores como Jorge Luis Borges y José Hernández han impactado su país por sus voces excepcionales y también por dar una voz a la gente. La mayoría de los ciudadanos argentinos tenían poca voz en este tiempo por ser víctimas de la autoridad. En las obras de Borges, Hernández y Esteban Echeverría hay varios retratos de autoridad y los críticos correspondientes de los autores. Por escribir la verdad sobre la autoridad muchos autores se forzaron en exilio, y otros no podían publicar sus obras durante sus vidas. Pero sus cuentos han sobrevivido hasta hoy en día y son importantes los mensajes que pintan estos artistas. Las autores argentinos toman posiciones contra la autoridad y usan la literatura como una forma de identificar, protestar y criticar los que tienen posiciones de autoridad sobre ellos.
La muerte es un símbolo muy fuerte que usan los autores para la representar represión de la autoridad. La muerte se puede usar como una metáfora de la pérdida de libre albedrío o una representación simple de las vidas reales perdidas bajo una autoridad corrupta. El Matadero (1840) por Esteban Echeverría es un buen ejemplo del uso de muerte para protestar contra la situación política. Esta obra de ficción examina y critica características reales durante la reina de Juan Manuel de Rosas. Como sugiere su título, toda la historia de El Matadero gira alrededor de las ideas de muerte, sangre y barbarie. El matador del cuento representa el régimen federalista de Rosas, y los que mueren en el cuento son todos lo que oponen al federalismo. Hay tantos fallecimientos pero en la caza del toro hay dos muertos llenos del significado obvio. Primero un bebe ha sido decapitado para significar la destrucción de la inocencia y después un gringo se cae en representación de la pérdida de inversión extranjera (Hart, 92). Echeverría escribe cuidosamente para iluminar a su audiencia cómo son los federales y los que tienen la autoridad. Termina su historia con el suicido de un hombre inocente, indicando que morir por sí mismo es mejor que morir por la autoridad. El mensaje de esta historia no es la única manera en que Echeverría comunica su visión negativa de la autoridad. Y no es sólo lo que dice Echeverría en su cuento, es cómo le dice. Mabel Susana Agresti en su lectura de El Matadero explica que Echeverría utiliza palabras crudas y lingüística específica para hablar de una realidad cruel (149). La muerte no es el factor más importante en El Matadero sino cómo mueren los inocentes y ninguna de las razones es justa.
Otras obras argentinas son más personales en sus retratos de la sociedad versus la autoridad. El escritor José Hernández trae esta dimensión a la literatura con su poema épico, Martín Fierro (1872). Como Echeverría, Hernández usa su poema para protestar contra el gobierno argentino. Aunque usa la muerte y la guerra como símbolos importantes, habla más de la vida difícil de un gaucho bajo la autoridad corrupta. En un análisis de Martín Fierro por escritor Julio Mafud, dice “La autoridad se desborda en ese mundo como un alud… La autoridad ha empezado su destrucción. (Mafud, 73). Obviamente la autoridad es un factor muy pertinente en la historia de Martín Fierro. El protagonista Martín Fierro, se queja en su poema; “…padre y marido ha sido empeñoso y diligente y sin embargo la gente lo tiene por un bandito. (Hernández 10).” Aquí es evidente que gauchos como Fierro viven en un nivel muy bajo en la sociedad y la autoridad trata de tomar su valor. Para Fierro, no importa lo que era la verdad. La autoridad hace la verdad y por eso la verdad siempre favorece la autoridad y marginaliza figuras triviales. Luego en su poema Hernández expresa su frustración con el gobierno en decir, “ya no hay salvación y que usté quería o no quería lo mandan a la frontera o lo echan a un batallón” (Hernández 21). El gaucho aquí está enojado con el uso de poder del gobierno en forzar a sus ciudadanos de ir a la guerra. Pero hay otro aspecto que Hernández quiere comunicar aparte de la represión del gobierno y el mandato de ir a la guerra. Toda la historia del gaucho Martín Fierro está llena de costumbrismo. Cada línea del poema relata algo importante sobre los gauchos y cómo son sus vidas. Hernández trata de dar el valor y el reconocimiento a los gauchos que la autoridad ha tomado. El poema Martín Fierro existe para protestar contra una autoridad negativa pero también de atribuir a los gauchos el valor que merecen. Dentro de este costumbrismo Mafud nota que Hernández tiene mucho que decir sobre “las instituciones,” en particular el gobierno, si el lector mira cuidosamente. Mafud resume que el gobierno no cumple sus promesas, reprime al gaucho y lo criminaliza y sólo usa al gaucho para hacer en la comunidad lo que nadie otro haría (Mafud 64). Mafud cita las palabras de Fierro cuando dice, “El nada gana en la paz Y es el primero en la guerra; No le perdonan si yerra, Que no saben perdonar, Porque el gaucho en esta tierra Solo sirve pa votar” (Mafud 65). Hernández no es sutil en sus críticas del gobierno, y en su tiempo la obra de Martín Fierro era de gran inspiración para la gente del campo y también para otros escritores como Borges y los otros escritores argentinos avant-garde.
Mientras el gobierno es la forma más obvia de autoridad, no es la única, y al mismo tiempo, la muerte puede tomar significado diferente con una autoridad diferente. Jorge Luis Borges es otro autor que examina la sociedad, la autoridad y sus conexiones, pero añade un aspecto de fantasía y surrealismo. Como Echeverría y Hernández, Borges toma su tiempo en desarrollar la historia porque primero quiere pintar cada detallito del escenario para que el lector sienta como parte del cuento. Un cuento de Borges, “El Sur” presenta el lector con una noción nueva: a veces la autoridad que controla más una persona es su propia mentalidad. En su literatura Borges habla mucho sobre la búsqueda de la identidad, y la identidad de una persona es tan compleja por eso consiste en muchas partes. En “El Sur” el protagonista Juan Dahlmann recibe una herida en la cabeza y el lector no sabe si lo que sigue es realidad o los sueños de Dahlmann sobre su muerte ideal. Otra vez la idea de muerte es una parte importante del cuento, pero en esta historia es diferente de las representaciones de muerte en los cuentos de Echeverría y Hernández. La muerte en este cuento de Borges es una oportunidad de elegir pelear y ganar honor. Al final del cuento, Dahlmann decide pelear contra el hombre en el bar, como dice el cuento, “Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura” (Borges, 510). Este hombre con que Dahlmann va a pelear puede representar una variedad de conceptos diferentes, pero una opción muy probable es que el hombre represente a la muerte. Como dice el cuento, Dahlmann no sabe usar un cuchillo y pelear contra este hombre probablemente va a resultar en muerte por cierto. Pero antes en el cuento, Dahlmann se encuentra en el hospital con una herida mortal, y quizás Dahlmann ve esta muerte como una muerte pobre y sin valor. Al mismo tiempo, esta muerte es fácil y su autoridad mental quiere escoger esta opción y pasar a la muerte tranquilamente. Quizás Borges no está hablando del político aquí, pero el mensaje todavía es similar a los de Hernández y Echeverría: ¡no se rinde a ninguna causa, lucha! Muerte, como autoridad, tiende a tomar control absoluto sobre una persona, pero lo que el personaje en el cuento de Borges aprende es que siempre hay más de una opción. Borges investiga el fenómeno de elección, cuando hay más de una opción, hay una autoridad mental que toma control cuando se escoge una opción.
Tener la capacidad de escoger su destino es otro aspecto importante cuando se investiga la literatura de Argentina. La autoridad toma mucho de sus ciudadanos en los cuentos de Hernández y Echeverría pero lo que nunca puede tomar es la libertad de decidir. Mientras estos autores enfatizan mucho en sus obras las maldades de la autoridad, también presentan un mensaje para los lectores de la esperanza. Eventualmente, el protagonista en El Matadero contempla en morir en vez de vivir en esta situación de caos y corrupción. En muchas partes un triunfo porque aunque se muere, se muere por sí mismo y es su decisión. Agresti reconoce este momento como un momento crítico en el cuento y comenta, “el bien frente al mal, que se prepara en la escena de la matanza y se configura totalmente en el cuento” (Agresti 149). Hay semejanzas entre la voluntad de este protagonista y el protagonista de Hernández, Martín Fierro. Fierro también elige salir de la guerra y rechaza permitir que la autoridad lo separe su familia. Por eso Fierro se hace un bandido por el gobierno, pero Hernández pinta el personaje de Fierro respetable por romper la ley y tomar su propia decisión; lo que es valiente.
Al examinar las palabras poderosas que forman los cuentos de Hernández, Echeverría y Borges se presenta una pregunta: ¿qué afectos han tenido estos cuentos para la sociedad de Argentina en el pasado y para los lectores de ahora? La respuesta consiste en partes múltiples. Aunque las obras de estos autores sí han tenido mucho impacto e importancia, la pregunta va hacia atrás. Los cuentos de ficción de estos autores no se hacen para inspirar la gente en la vida real, al contrario los autores eran inspirados por la gente en la vida real y el resultado aparece sus cuentos. Había tantos gauchos que vivían hace tantos años en Argentina que resistían su gobierno y aunque se llaman bandidos continúan luchando por sus derechos y su valor y honor. El Martin Fierro sólo es las palabras en papel de muchos gauchos reales. Echeverría pasó parte de su vida devotada de derrotar su dictador, Juan Manuel de Rosas. La escena en el matadero podía sido muy similar a muchas masacres que vio. Y Borges, un autor que escribió un siglo después de Hernández y Echeverría, probablemente fue inspirado en parte por ellos. Por todo eso las obras de estos autores contra las autoridades en Argentina valen tanto. Hablan contra la autoridad para que la gente no deje la lucha y no se olvida la lucha. Protestan contra la autoridad para enseñar las generaciones del futuro como era el pasado. Y estos cuentos vienen de sentidos, eventos, y personas reales, por eso esta literatura continuará siendo tan importante para la gente argentina y el mundo por siempre.




Bibliografía

Agresti, Mabel S. "Una Lectura de El Matadero, de Esteban Echeverría." Revista de Literatura Modernas 24 (1991): 138-54. Print.

Borges, Jorge Luis. El Sur. Obras Completas: Vol 2. Barcelona: Círculo de Lectores. pp 506-510. 2004.

Echeverría, Esteban. El Matadero. Buenos Aires: el Instituto de Literatura Argentina, 1926. N. pag. Print.

Hart, Stephen M. A Companion to Latin American Literature. N.p.: Tamesis, 1999. Web. 6 Oct. 2009 .

Hernandez, José. Martín Fierro. Buenos Aires: Stockero, 1872. Web. 6 Oct. 2009 .

Mafud, Julio. Contenido Social Del Martín Fierro : Análisis e interpretación. II, pp 73-87, 1961, 7th ed. Editorial Americalee. Buenos Aires.

Sunday, October 25, 2009

Reescitura #1

Allison Solis
SPA 480 Moret
21 Septiembre 2009

Un Retrato Argentino

La literatura que viene de Argentina y el Cono Sur se destaca como literatura muy única y muy rica, similar al paisaje de esta área. Al mismo tiempo, cada autor que representa su país tiene un estilo distinto e intrigante. Cuatro obras de autores conocidos alrededor el mundo demuestra sólo un poquito de las distinciones y diferencias en la literatura del cono sur. En todas las obras que examinamos, los autores cuentan una historia y describen una sociedad y adentro esta foto que pintan podemos ver algunos críticos de sociedad.
El primer ejemplo viene en el poema épico de José Hernández, Martín Fierro (1872). La historia sigue al personaje de Martín Fierro, un gaucho que le envían ilegalmente para luchar en la frontera contra un grupo de indios que se llaman los malones. Eventualmente Fierro abandona el ejército y regresa a su casa sólo para encontrar que todo es destruido y su chinita y su familia han ido. Todo no termina bien, Fierro encuentra a sus dos hijos y habla de perseguirle paz por el resto de su vida pero no sabemos lo que pasa. Esta obra representa muy bien la literatura gauchesca, que trae patriotismo y una preocupación de tradición y cultura, específicamente de los gauchos. El poema describe a los gauchos para que la gente no se olvide y la estructura básica es formada como una canción que los gauchos cantan en la pulpería, se llama una payada. Pero esto no es solo un drama sobre un gaucho preocupado, es una crítica del gobierno y de la modernización a expensas de los gauchos. Hernández, por Fierro, expresa su frustración cuando dice “Yo no sé por qué el gobierno Nos manda aquí a la frontera… ¡Se creará al mandar un gringo Que nos manda alguna fiera!” José Hernández y otros escritores de la literatura gauchesca han transformado el gaucho de un trabajador del campo a un hombre enfrentado con tantas dificultades que todavía mantiene su valor y su honor. El gaucho en la literatura es un símbolo de la vida simple y honorable en Argentina, y el Martín Fierro da una voz a los gauchos por primera vez.
Otra obra de literatura usa el Romanticismo y el Realismo en un matadero para examinar la tensión entre los federales y los unitarios y también distingue una línea entre la civilización y la barbarie. Esta historia se llama El Matadero (1840) de Esteban Echeverría. Durante este tiempo el gaucho y la gente sin asociación con el gobierno se consideran bárbaros. Pero después de leer sobre la gente “civilizada;” que come carne durante cuaresma, lucha como un animal por la comida y asesina a un hombre inocente parece que los que se nombran civilizados son de hecho bárbaros. Los dos partidos están constantemente luchando, y el hombre muerto representa los unitarios que pierden tanto en las manos de los federales y el caudillo Juan Manuel de Rosas. Violencia y violaciones de derechos humanos no son algo nuevo para los gauchos y la gente oprimida de América Latina, vemos esto en El Matadero. Pero hay otro autor argentino que enfoque más en el aspecto personal de tensión, violencia y la muerte.
Algunas veces las intenciones del autor no son tan claras. Este es el caso en muchas de las obras de Jorge Luis Borges, autor de muchos cuentos entre las que se incluye “El Sur” (1953) y “La Historia de Rosendo Juarez” (1960). La diferencia más notable entre el estilo de Borges y los de Hernández e Echeverría es que Borges no examina un problema en particular, examina el carácter humano en un nivel muy personal. A menudo es difícil identificar lo que opina Borges sobre sus personajes, es el trabajo del lector de hacer sus propias opiniones. En “El Sur”, Borges nos presenta con el personaje de un secretario de la biblioteca que se llama Juan Dahlmann. Tiene una herida en su cabeza y un gran parte del cuento se considera como sus alucinaciones mientras está entre la vida y la muerte. Su otro cuento, “La Historia de Rosendo Juarez”, consiste en las reflexiones del protagonista de luchar contra su enemigo y su indecisión de controlar su miedo o sucumbir a su miedo. En las dos situaciones no está muy claro de quien representa estos dos protagonistas. Solo es claro que el futuro es indeciso. Quizás es la responsabilidad del lector al decidir el futuro de estos personajes, o además, su propio futuro.
En conclusión, es importante como lector entender que la mayoría del tiempo, los autores de estos cuentos nos cuentan más de una historia; nos cuentan sus ideas políticas, sus críticas de la sociedad, y si miramos bastante cerca, una visión de su vida personal. Las obras de Hernández e Echeverría describen sentidos de frustración con el gobierno que mucha de la gente del tiempo sentía también. Borges investiga la mentalidad humana en situaciones de muerte y la vergüenza de tratar de escapar de miedo. Todos los cuentos nos enseñan mucho sobre las tradiciones y la cultura de Argentina en los años pasados. Como lector es importante agradecer este oportunidad de tomar parte de una cultura tan rica y única, pero además tomar los lecciones y críticas de los autores como mensajes muy importantes en el pasado y ahora. La gente cambia, los gobiernos cambian, todo en Argentina no es el mismo de que era durante el tiempo de Hernández y Echeverría. Pero como Borges demuestra, el carácter básico de la raza humana mantiene lo mismo en cada era del pasado, presente, y futuro.