Sunday, October 25, 2009

Reescitura #1

Allison Solis
SPA 480 Moret
21 Septiembre 2009

Un Retrato Argentino

La literatura que viene de Argentina y el Cono Sur se destaca como literatura muy única y muy rica, similar al paisaje de esta área. Al mismo tiempo, cada autor que representa su país tiene un estilo distinto e intrigante. Cuatro obras de autores conocidos alrededor el mundo demuestra sólo un poquito de las distinciones y diferencias en la literatura del cono sur. En todas las obras que examinamos, los autores cuentan una historia y describen una sociedad y adentro esta foto que pintan podemos ver algunos críticos de sociedad.
El primer ejemplo viene en el poema épico de José Hernández, Martín Fierro (1872). La historia sigue al personaje de Martín Fierro, un gaucho que le envían ilegalmente para luchar en la frontera contra un grupo de indios que se llaman los malones. Eventualmente Fierro abandona el ejército y regresa a su casa sólo para encontrar que todo es destruido y su chinita y su familia han ido. Todo no termina bien, Fierro encuentra a sus dos hijos y habla de perseguirle paz por el resto de su vida pero no sabemos lo que pasa. Esta obra representa muy bien la literatura gauchesca, que trae patriotismo y una preocupación de tradición y cultura, específicamente de los gauchos. El poema describe a los gauchos para que la gente no se olvide y la estructura básica es formada como una canción que los gauchos cantan en la pulpería, se llama una payada. Pero esto no es solo un drama sobre un gaucho preocupado, es una crítica del gobierno y de la modernización a expensas de los gauchos. Hernández, por Fierro, expresa su frustración cuando dice “Yo no sé por qué el gobierno Nos manda aquí a la frontera… ¡Se creará al mandar un gringo Que nos manda alguna fiera!” José Hernández y otros escritores de la literatura gauchesca han transformado el gaucho de un trabajador del campo a un hombre enfrentado con tantas dificultades que todavía mantiene su valor y su honor. El gaucho en la literatura es un símbolo de la vida simple y honorable en Argentina, y el Martín Fierro da una voz a los gauchos por primera vez.
Otra obra de literatura usa el Romanticismo y el Realismo en un matadero para examinar la tensión entre los federales y los unitarios y también distingue una línea entre la civilización y la barbarie. Esta historia se llama El Matadero (1840) de Esteban Echeverría. Durante este tiempo el gaucho y la gente sin asociación con el gobierno se consideran bárbaros. Pero después de leer sobre la gente “civilizada;” que come carne durante cuaresma, lucha como un animal por la comida y asesina a un hombre inocente parece que los que se nombran civilizados son de hecho bárbaros. Los dos partidos están constantemente luchando, y el hombre muerto representa los unitarios que pierden tanto en las manos de los federales y el caudillo Juan Manuel de Rosas. Violencia y violaciones de derechos humanos no son algo nuevo para los gauchos y la gente oprimida de América Latina, vemos esto en El Matadero. Pero hay otro autor argentino que enfoque más en el aspecto personal de tensión, violencia y la muerte.
Algunas veces las intenciones del autor no son tan claras. Este es el caso en muchas de las obras de Jorge Luis Borges, autor de muchos cuentos entre las que se incluye “El Sur” (1953) y “La Historia de Rosendo Juarez” (1960). La diferencia más notable entre el estilo de Borges y los de Hernández e Echeverría es que Borges no examina un problema en particular, examina el carácter humano en un nivel muy personal. A menudo es difícil identificar lo que opina Borges sobre sus personajes, es el trabajo del lector de hacer sus propias opiniones. En “El Sur”, Borges nos presenta con el personaje de un secretario de la biblioteca que se llama Juan Dahlmann. Tiene una herida en su cabeza y un gran parte del cuento se considera como sus alucinaciones mientras está entre la vida y la muerte. Su otro cuento, “La Historia de Rosendo Juarez”, consiste en las reflexiones del protagonista de luchar contra su enemigo y su indecisión de controlar su miedo o sucumbir a su miedo. En las dos situaciones no está muy claro de quien representa estos dos protagonistas. Solo es claro que el futuro es indeciso. Quizás es la responsabilidad del lector al decidir el futuro de estos personajes, o además, su propio futuro.
En conclusión, es importante como lector entender que la mayoría del tiempo, los autores de estos cuentos nos cuentan más de una historia; nos cuentan sus ideas políticas, sus críticas de la sociedad, y si miramos bastante cerca, una visión de su vida personal. Las obras de Hernández e Echeverría describen sentidos de frustración con el gobierno que mucha de la gente del tiempo sentía también. Borges investiga la mentalidad humana en situaciones de muerte y la vergüenza de tratar de escapar de miedo. Todos los cuentos nos enseñan mucho sobre las tradiciones y la cultura de Argentina en los años pasados. Como lector es importante agradecer este oportunidad de tomar parte de una cultura tan rica y única, pero además tomar los lecciones y críticas de los autores como mensajes muy importantes en el pasado y ahora. La gente cambia, los gobiernos cambian, todo en Argentina no es el mismo de que era durante el tiempo de Hernández y Echeverría. Pero como Borges demuestra, el carácter básico de la raza humana mantiene lo mismo en cada era del pasado, presente, y futuro.

No comments:

Post a Comment