Monday, April 5, 2010

No Reluce todo lo que es Oro: Una reflección sobre 2 mujeres viajeras

Antes del asentamiento del Mundo Nuevo, España tuvo interés en el “mundo nuevo” por su oro. Lo que no esperaron encontrar fue un mundo infinitamente más rico que el oro. Pasaron años, décadas y siglos y el Mundo Nuevo mantenía mucho de su riqueza, pero desde el punto de vista de un forastero fue obvio que todos los aspectos de la sociedad no siguieron brillando como antes. En la escritura de dos autoras viajeras se hace evidente el cambio que experiencia este mundo, la riqueza que permanece en esta región y la importancia de recontar la historia del viaje. En dos obras, Cartas desde Montevideo y selecciones del Viajeras a Caribe, las viajeras Mariquita Sánchez y Julia Howe empiezan a desentrañar el oro que es América Latina y en el proceso dan al lector perspicacias importantes sobre sus vidas y sus viajes. Al analizar sus obras, lo que impresiona más no es lo que dicen estas viajeras sino lo que no dicen, y estas palabras no dichas crean una historia como la oscuridad bajo el oro.

Las dos autoras comparten muchas características en sus vidas personales que claro han afectado su escritura. Las semejanzas en sus vidas crean una mirada similar entre las dos. Ambas vienen de riqueza y sus familias tienen prominencia en sociedad. Por eso una actitud colonial o europea y casi superior se muestra entre las líneas de sus escrituras. También las dos, en su época, fueron iconos de la nacionalidad; Howe escribió el Himno nacional de los Estados Unidos y Sánchez fue testigo al primer canto del himno nacional de Argentina. En adición, las dos decidieron viajar más luego en sus vidas; Sánchez con 51 años y después de casarse dos veces y Howe con 40 años y un esposo (Araujo 221 y Sánchez 23). Es interesante notar que estas dos mujeres tenían espíritus fuertes y pensaron que estar establecida en la vida no debe prevenir de salir de la vida a la búsqueda de aventura y enseñanza. Desde sus semejanzas en la vida personal, se puede observar que comparten una mirada colonial, patriótica y feminista. Las dos viajaron después del periodo Romanticismo y por eso su escritura se forma no sólo de sus observaciones, sino también sus emociones y reacciones sobre el viaje (Blankton, 19).

Aunque Mariquita Sánchez y Julia Howe eran similares en muchos aspectos, también hay contrastes entre sus vidas. Quizás la diferencia más obvia sea los lugares diferentes a que viajaron las mujeres. Las dos viajaron por América Latina pero Sánchez salió de una colonia en Argentina hasta Montevideo, Uruguay y Howe dejó los Estados Unidos y se quedó en Cuba. Viajaron en la misma época pero Howe un poco después de Sánchez; Sánchez viajó en 1837 y Howe en 1859. Entre las diferencias en espacio y tiempo lo que autora Mary Louise Pratt refiere como una “zona de contacto” forma en dos maneras distintas para cada viajera. Pratt compara la zona de contacto a la lengua pidgin en como mezcla ciertos aspectos de dos lenguas en una área donde mezclan (Pratt, 6). En esta misma manera las culturas de cada autora se mezclan con las culturas de Cuba y de Montevideo y por eso ellas tomaron parte en este nueva cultura, mezclada de sus propias normas y normas nuevas. De veras, Howe hace algunos observaciones afuera de la cultura en separar las culturas, “Los cubanos, considerados en comparación con los españoles, forman un pueblo tan diferente como los americanos, comparados con los ingleses” (Arujo, 223). Pero en otras partes de su obra parece identificarse con la cultura como si fuera siempre una cubana, como sus descripciones y opiniones sobre la esclavitud. Para Sánchez, la zona de contacto es diferente porque ya tiene experiencia con la cultura sudamericana y escribe su obra en la forma de cartas en vez de una obra antropológica. Su zona de contacto se muestra en sus comentarios sobre reuniones con la gente, por ejemplo escribe, “Visité a la condesa. Tan amigas, que te reirías de vernos hablar como si nos hubiéramos conocido. Le habrán hablado de mí algunos de aquí y de allí. Fue muy amable y muy natura” (Sánchez, 29). Para resumir, las dos tomaron parte de la historia de los dos países por interactuar y observar a la gente y la sociedad común (Pratt, 164).

Desde las biografías de estas autores se hace más fácil entender el contenido de sus obras. En literatura de viajes es casi imposible separar el escritor o el testigo y la historia. Lo impresionante es que en la superficie los textos de Howe y Sánchez parecen interesantes, informativos y antropológicos pero debajo de las descripciones y detalles hay temas políticos muy graves que han impactado las vidas de las escritoras y también a toda la gente del país. La semejanza más importante que comparten las dos viajeras es que encontraron el mensaje más importante no en lo que dicen, sino en lo que no dicen.

La manera en transmitir este mensaje para Howe se encuentra en su estilo de escribir. El contenido de Howe en Viajeras a Caribe está separado. Hay una sección diferente para cada aspecto de sociedad, como religión y educación y también secciones diferentes para cada ciudad o pueblo que visita. Describe bien todos estos aspectos con comentario astuto, estilo bien descriptivo de la iglesia cuando dice, “La Iglesia de San Antonio estaba siempre abierta, pero la encontré siempre vacía…” (Howe, 242). La sección final en su obra está titulada “La esclavitud, leyes cubanas. Instituciones” (Howe 244). Como dice Blankton, los escritores viajeros miran los problemas en sociedad y les molestan tanto y por eso la única solución que ellos pueden aplicar es escribir (Blankton, 29). Howe escribe sobre la esclavitud como un compartimento separado de la sociedad pero en realidad sabe que en Cuba la esclavitud se manifiesta en todo. Desde sus descripciones de la esclavitud, como “Los niños esclavos no llevan ropa alguna hasta que tienen cinco o seis años de edad” muestran que ella entiende la vergüenza de los esclavos (Howe, 244). Pero su separación de la esclavitud en su escritura demuestra que ella no está de acuerdo con la esclavitud y que la esclavitud no cumple un parte en una sociedad ideal. Sus otras observaciones demuestran el oro de la ciudad y parece que mientras ella la marca como diferente, marca como excepcional. La esclavitud es la única que no pertenece a la sociedad y mientras para ella no es explícito este hecho, es claro que esto es lo que piensa.

Como Howe, el mensaje más importante en la escritura de Sánchez se manifiesta de la manera más simple. Escribe en forma de cartas no para tener un estilo interesante o para experimentar con la perspectiva, sino por estar exiliada de su país. Muchas veces habla sobre su vida cotidiana y positiva, por ejemplo, “Mi viaje al Janeiro me ha hecho gran bien: nunca he tenido salud mejor, ni mas fuerzas, ni mejor color. (Sánchez, 29). Pero al examinar cerca algunas de sus cartas se puede ver que se incluye comentarios y preguntas relacionadas con el gobierno de Argentina. En alguna parte dice a su hija, “Dime si es cierto que Diego Alvear había hecho una conspiración y que fue descubierto y por eso fugó y si es cierto que está en el ejército. Lo que es fácil de perder es que Sánchez salió de su país para evitar opresión de una dictadura y al estar encarcelada o matada por sus conexiones y opiniones. Ella no está de vacaciones, y sus cartas sirven como una de las únicas conexiones que puede mantener con su familia. Sánchez aprendió y experimentó mucho durante su tiempo en Montevideo, pero lo que el lector puede aprender desde las cartas de una exiliada es invalorable.

En conclusión, las obras de Howe y Sánchez sobre sus viajes a Cuba y Uruguay están llenas de observaciones sobre la riqueza de la cultura. Es imposible resistir viajar con ellas y tomar parte en lo bueno, lo malo y lo impresionante. Las lecciones que ellas aprendieron y pasaron al lector son invalorables e importantes en entender la gente, la sociedad, y ellas mismas. Pero desde estas obras es claro que siempre hay más a la historia de que contaron. Opresión política, esclavitud y otras perversiones de la sociedad siempre existirán y por eso siempre van a manifestarse en la historia. Lo que necesitan hacer los viajeros es entender el problema, recordar el problema, pero buscar al oro que se esconde entre los problemas.





Bibliografía

Araujo, Nara. "Julia Howe." Viajeras al Caribe (1983): 221-46.

Blankton, Casey. Travel Writing: The Self and World. New York: Routledge Publications, 1995. 1-29.

Howe, Julia. A Trip to Cuba. 1858. 223-46.

Pratt, Mary L. "Imperial Eyes: Travel Writing and Tranculturation." (1992): 1-171.

Sánchez, Mariquita. "Mujeres en Viaje." (2000): 21-57.

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