Friday, December 11, 2009

El Inescapable DonJuanismo: Una reflexión sobre la obra de Zorrilla

El Inescapable Donjuanismo

Algunos le consideren un fenómeno. Otros le llaman una enfermedad. José Zorrilla le nombra don Juan Tenorio. Don Juan es un personaje de una obra de teatro pero se encuentra su esencia en miles de otros personajes de ficción y personas de la vida real. Su carácter ha sido tan prevalente que desarrolló el fenómeno “donjuanismo” primera en Europa del siglo IXX y después extendió al todo el mundo. Donjuanismo es sinónimo con todo lo que es engañoso, repugnante y malvado en el mundo de Sevilla. Muchas veces los otros personajes en la historia asimilan a don Juan con el diablo. El lector ve a las fechorías de don Juan pero a veces no puede evitar a simpatizar con este personaje. En un punto parece que don Juan quiere cambiar y atentar vivir en honor para su amor verdadero, doña Inés. Pero el mensaje que le da Zorrilla es claro; don Juan es fundamentalmente inmoral y deshonorable y se queda así por todo el cuento. Es decir, el carácter de don Juan es tan fuerte y tan opuesto de la bondad que realísticamente nunca puede cambiar su ser ni ganar su salvación.
La actuación empieza en Carnaval, un evento en que se usan los mascaras para enmascarar la identidad. En este contexto todo es posible; una persona puede decir o hacer cualquier fechoría sin tomar responsabilidad para sus acciones. De una manera este escena tiene un paralelo al personaje de don Juan. La estructura fundamental del Carnaval se base en lo que es misterio, lo que es oscuro, y lo que no tiene ni reglas ni limites (Arias, 19). Todas estas características son muy prevalentes en la identidad del protagonista. Carnaval marca la primera vez que el carácter de don Juan se muestra. Su llegada está precedida con rumores de la gente común, como Centellas y Avellaneda. Dice Centellas, “Don Juan Tenorio se sabe que es más mala cabeza del orbe, y no hubo hombre al que aventajarle pudiera (Zorrilla).” La mala reputación de don Juan es bien conocida en Sevilla pero viene con una pizca de misterio idealizada. Aunque la gente sabe de su mal temperamento es claro que en el mismo tiempo son abrumados por sus hazañas. Critico J Rubio Jiménez describe el maldad que crea Zorrilla con las palabras “decorativo, ortodoxo, de iconología popular” (Jimenez). Don Juan reconoce el poder de su reputación y lo utiliza para obtener lo que quiere. Por ejemplo, tiene capaz de comendar la atención de mucha gente durante el carnaval, y en vez de condenarle por oír de sus pecados, son captivados con su relato.
El relato de don Juan narra lo que paso en su vida en un ano, pero también revela mucho del carácter de él y las razones que le hace así. Según don Juan y sus testigos, mató a treinta y dos hombres y tuvo conquistas sexuales con setenta y dos mujeres (Zorrilla). Las palabras de don Luis lo describe mejor, “¡Es increíble, don Juan” (Zorrilla)! Este componente de lo extraordinario es lo que motiva más el personaje de don Juan. Esta siempre tratando de exceder sus límites y hacer lo imposible. Por supuesto, después de ganar el reto con don Luis otro reto se presenta. Don Juan promesa de seducir dos mujeres; doña Ana, la prometida de don Luis, y doña Inés, su propia prometida que se considera la personificación de inocencia. En este momento don Juan piensa que será fácil seducir a las dos mujeres y después traicionarlas. Para lograr su desafío, cochea, mentira y mata. Todo esto demuestra la libertad que tiene don Juan de hacer su propio destino. Tiene influencia en la sociedad, tiene poder y tiene la capaz de hacer hazañas increíbles. Y ahora tiene dos mujeres de conquistar que representan los dos recorridos de su futuro. La conquista de doña Ana representa como es don Juan, burla a mujeres, traiciona a sus amigos y rompe la ley y ignora las consecuencias, de hecho parece que no hay consecuencias para don Juan. Doña Inés, sin embargo, representa lo bello, la inocencia y salvación. Pero este representación es el opuesto de la esencia de don Juan, es decir, “In the presence of her beauty he is at odds with his sublime counterpart” (Soufas, 312). Don Juan no puede estar con doña Inés porque no puede comparar con ella; ella es inocente y el corrupto, ella representa a Dios y don Juan el diablo y ella es una novicia y él un libertino.
Desde este libertino se hace claro la razón principal que explica porque don Juan nunca va a cambiar. Toda lo que compone el carácter de don Juan, su razón de vivir, opone la única cosa que puede salvarle. Según algunos filósofos hay dos áreas que circundan todo el mundo de Sevilla y el mundo real y actual. La primera es lo sublime; caracterizada por la búsqueda de algo magnificente y casi inasequible que guarda un placer negativa (Soufas, 305). El sublime rompe a los límites y hace lo imposible e increíble, exactamente como don Juan. Jiménez está de acuerdo con este hecho y ofrece su perspectiva en decir, “…se produce en el drama la coordinación de lo plástico y lo conceptual. En el Tenorio lo plástico corrobora la evolución emocional de don Juan” (Jiménez). Este plástico a que refiere Jiménez es lo que no es normal, lo que supera la vida estándar. La búsqueda de lo sublime no es esencialmente equivocado; la única problema es que opone el otro área; el bello. Y en este contexto la única manera de ganar salvación para don Juan es abandonar el sublime y aceptar por siempre la belleza. La belleza es mejor y más poderosa pero el sublime es más fascinante y más difícil abandonar (Arias, 24). Si don Juan aceptaría a doña Inés y la belleza auténticamente perderá casi todo que hace su ser. En este punto de su vida don Juan es tan enganchado en su vida de pecado que no sea posible cambiar. El donjuanismo es inescapable.
Durante toda la historia, el lector espera la transformación de don Juan en un personaje noble y honorable pero este momento viene y sale. Don Juan se hace humilde a los pies de don Gonzalo, rogando permisión de casarle con su hija, doña Inés. En este momento parece que don Juan cambió del sublime y empezó vivir honorable. Pero reverte a don Juan típico tan pronto como don Gonzalo refute darle su permiso de casarle con doña Inés. Hay tres hechos que demuestra bien que don Juan nunca cambió en realidad. Primero, en el “escena del sofá” intenta representar en amor verdadero que don Juan tiene para doña Inés. Pero unas de las primeras palabras de don Juan son una mentira descargada sobre el fuego (Mansour, 249). Segundo, después de estar rechazada por don Gonzalo, don Juan mata a él y también a don Luis. Finalmente, sale de Sevilla antes de que alguien pueda capturar o castigar a él. Su libertad y vida sin consecuencias le causa a abandonar al único personaje que le influye bien. Lamenta a doña Inés, “¡Ay! ¿Dó estás, don Juan, que aquí me olvidas en tal dolor” (Zorrilla)? Estos tres acciones tienen son típicos de el don Juan real, como siempre va a quedar, y él no puede escapar los consecuencias siempre.
La segunda parte de la obra de Zorrilla está llena con ilusión y fantasía. Por eso hay opiniones diferentes sobre la salvación de don Juan. Es interesante examinar la cuestión de la salvación de don Juan. Muchas críticas asumen que don Juan se arrepiente y se transforma en una nueva persona para que gane su salvación. George P. Mansour de Michigan State University sujiere; “Zorrilla skillfully presents a character who undergoes a conversion and accepts love as the basis for human conduct and eternal salvation (Mansour, 245). Esta declaración no está apoyada por el texto de Zorrilla, sino don Juan no sale de su amor y ella se muere. En vez, rechaza el amor y cinco años más tarde acepta las consecuencias. En un momento en la drama doña Inés hace un acuerdo con Dios. Quiere que don Juan ganar salvación por la bondad de ella, o si no es posible, quiere acompañarle en la muerte al infierno (Zorrilla). Pero en la escena final Zorrilla no dice nada sobre salvación. Dice, “Cae don Juan a los pies de doña Inés, y mueren ambos” (Zorrilla). La interpretación de C. Christopher Soufas Jr es así; “[don Juan’s] salvation at the play’s conclusion brings him more to limbo than to Paradise” (Soufas 303). No es muy claro si don Juan gana salvación o no pero dos hechos quedan claros; o don Juan muere sin salvación o don Juan recibe salvación por doña Inés; es cierto que no gana su propia salvación.
En conclusión, Don Juan Tenorio es una historia larga con un mensaje breve. El personaje de don Juan captiva la atención y a veces las emociones del lector. Pero por ultimo don Juan se enfrenta la realidad que no puede escapar quien es y sufre las consecuencias. Sus hazañas en la vida no valen por nada porque son malos. Don Juan escoge la vida sublime y aunque la vida bella le tentó, no podía aceptarla porque estuvo caracterizada, estuvo hecho por la vida sublime. Su transformación nunca cumple y por eso pierde todo; su palacio, su mujer y eventualmente su vida. El donjuanismo es cautivado pero después de aceptarla es inescapable.


Bibliografía
Arias, Judith H. "The Devil at Heaven's Door: Metaphysical Desire in Don Juan Tenorio." Hispanic Review 61.1 (1993): 15-34. Web. 15 Nov. 2009.

Jiménez, Jesús R. "Don Juan Tenorio, Drama Espectaculo: Plasticidad y Fantasia." (1989): 5-24. Web. 16 Nov. 2009.

Mansour, George P. "Parallelism in "Don Juan Tenorio"." Hispania 61.2 (1978): 245-53. Web. 12 Nov. 2009.

Soufas, C C. "The Sublime, the Beautiful, and the Imagination in Zorrilla's "Don Juan Tenorio"." MLN 110.2 (1995): 302-19. Web. 17 Nov. 2009.

Zorrilla, José. Don Juan Tenorio: Drama religioso-fantástico en dos partes. N.p.: n.p., 1844. Print.

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